lunes, 11 de agosto de 2008

Toda teoría debe conllevar una práctica. En Internet, la teoría suele ser de usar y tirar, se consume como se consumen los condones.

La comunicación en la red es una comunicación muy limitada, hace muy complicada la aparición de proyectos reales por numerosas causas: la distancia, la inexistencia de lazos comunicativos reales (no conoces a las otras personas), la personalidad virtual que poco tiene que ver con la persona en muchos casos, topos, etcétera, etcétera.

Internet no es real. Los espacios de lucha virtuales no son espacios de lucha. Internet separa de la realidad y, por ende, de uno mismo.

Internet puede ser útil en ocasiones, muy contadas. No puede olvidarse que la verdad está ahí fuera.

No existe espacio más mediatizado que Internet.


Todo lo que hay en la red es pura palabrería.
Por supuesto, este blog también.
¿Podemos ser dueños de nosotros mismos?

En la lucha por consumar nuestros deseos o, al menos, hallarlos, estamos solos -y no me refiero a que no podamos hacerlo acompañados, sino que dicho camino sólo podemos trazarlo nosotros. Los individuos de nuestro alrededor no suelen ocuparse de tamaña empresa, preocupándose por sus vanagloriadas banalidades.

Por otra parte, estamos acostumbrados a que decidan por nosotros, nuestros padres, los médicos, los profesores, los políticos, los jefes. Sólo podemos encontrar la autonomía siendo autónomos.

Esta suma de necesarios factores -independencia y soledad- tiene gran capacidad para hacernos sucumbir. Pues están condicionados por el miedo a lo desconocido y por el efecto de la colectividad sobre el individuo. El miedo a lo desconocido sólo se supera conociendo, y la influencia exterior buscando un entorno propicio para nuestro desarrollo, lo que incluye amistades y acciones. Otro rasgo importante para superar la influencia ajena es la autoestima, pudiendo reforzarse o desplomarse con suma facilidad, sin confianza en uno mismo no hay independencia posible.

Es habitual también recurrir a toda clase de excusas para justificar nuestra inoperancia, nuestro no aprovechamiento de la existencia. Hablo de obstáculos puestos por uno mismo. Éstas son las peores trabas, pues rara vez las identificamos como internas, y nos resulta imposible analizarlas objetivamente. Para solucionar estos problemas no bastará con barrer el obstáculo, pues si se mantiene el mecanismo por el que éste aparece, volverá a hacerlo, o se manifestará de otra forma. Hay que ir a la raíz del problema, que es posible divisar con un paciente análisis de uno mismo y su alrededor. Si lo identificas como una excusa, sabrás que no es un obstáculo real.
La dignidad por morirse de hambre y pasar penurias todos los días no es una cualidad inventada por los burgueses para mantener su mierda de estatus. Es un consuelo de los obreros, un mecanismo de autodefensa. Igual que nacieron religiones entre los esclavos, conocemos el lema "los pobres son hijos de dios y los ricos del diablo". Para aguantar la explotación se crearon ídolos que les ayudaban a mantenerse vivos. Pero estos símbolos los mantiene vivos y los consuela, los frena. Frena a querer cambiar las cosas porque les hace creer que actúan correctamente. Es una excusa inmovilista.

Por ello, concluyo que la noción de dignidad adquirida por el trabajo alienado -u orgullo obrero- es netamente contrarrevolucionaria.

Le monde est à vous

Qué cabrón, menuda choza tiene. Aunque compartida con muchos. Y no digo todos, porque siempre quedarán personas que, por enfermedad o por gusto, o por ambas cosas, vegetan, como tú en este momento.

Su casa es mucho más grande de lo que imaginas. Tiene de todo. Él siempre se pasó la cuestión de la propiedad privada por los cojones, ya sabes.

Dice que es mucho más completa una vida con problemas, por eso de que solo hay una y tal, y que sólo se quiere arrepentir por lo que ha hecho y no por lo que no hizo, que si la gente alaba el no hacer nada que por qué no se suicida, habiendo métodos muy comodos y tal y cual. Bueno, creo que sabes por dónde voy. No espera que le haga caso, pero no le disgusta hablar.

martes, 5 de agosto de 2008

Reivindicación del juego

Ante una realidad asfixiante y cegadora, una de las opciones y alternativas que nos queda es la del juego.

Experimentar el juego y el placer. Pero un juego que no sea producto de la mercantilización y de la lógica capitalista. Un juego que nazca de nuestros más profundos y sinceros sentimientos. Del odio hacia todo este mundo de cemento, y del amor hacia la vida y la total libertad. Ese es el único juego aceptable, el único juego que podrá etiquetarse como tal, el único juego capaz de crear en nosotros un placer sincero y liberador.

Pudiera ser que creyeses que es imposible jugar si todavía nos has roto con tus condiciones de esclavitud, y pudiera ser que yo te pudiera dar la razón. Pero también te puedo decir que el juego y su consecuente placer es un arma contra esas condiciones de esclavitud y agonía. El juego es capaz de romper con la rutina mortífera y asesina. El juego es poderoso. Y el juego puede aniquilar las cadenas.

Porque, además, el juego del que hablo, si se practica, va acompañado, inevitablemente, de una destrucción de aquello que nos convierte en esclavos y en muertos estresados que no paran de mirar el reloj.

Para poner en practica este juego subversivo, anárquico, anarquizante, caótico, liberador y placentero, lo que tenemos que hacer es usar nuestra imaginación y guiarnos por nuestros más profundos deseos y ganas de destrucción del actual Sistema que nos reduce a meros objetos en medio de un mercado interminable e insaciable, y guiarnos también por nuestros profundos deseos y ganas de libertad, de vida. De anarquía.

El actual sistema mercantil y esclavizante ahoga nuestros instintos, ahoga nuestra capacidad de independencia, ahoga todo aquello que pudieramos expulsar y que no estuviera contaminado por la civilización y por los esquemas cosificadores actuales. La civilización lo ha ocupado todo, lo ocupa todo y continúa con su ritmo genocida. La civilización ha aniquilado y sigue aniquilando toda huella de vida. La civilización ha convertido todo en recursos, en objetos, en mercancía; ha logrado que todo puede ser introducido en el mercado, en la compra-venta. Gracias a la civilización nuestras vidas se han visto reducidas a un ritmo absurdo, frenético, rutinario y asfixiante, somos esclavos, hacinados en cubículos de cemento y ladrillos, atados a un trabajo, a un sueldo, a la familia, a las obligaciones, al consumo, al ocio, atados a nuestros miedos y frustraciones. Nos vemos atrapados en un cárcel con una pantalla gigante que emite imágenes y sonidos que nos repiten una y otra vez que somos felices, que continuemos como estamos, que tal como estamos somos libres, imágenes y sonidos que escupen un eco interminable que no para de decir que somos libres y felices, que continuemos produciendo y consumiendo. Producir y consumir. En eso consiste nuestra existencia.
Contra esta situación que expulsa un humo negro, omnipotente y omniprensente, que produce que estemos continuamente soltando estertores, una de las armas que podemos y tenemos que empuñar y usar sin freno es el juego. Con nuestros amigos. Con nuestra gente. Junto aquellas personas con las cuales compartamos un unión fuerte, de amor y fidelidad, una unión que se basa y se sostiene por y sobre una serie de puntos comunes y fundamentales que conforma aquello que llamamos amistad.

Ese juego que es capaz de producir en nosotros un placer que no esté infectado por, como dije antes, la lógica mercantil y capitalista. La lógica de la compra-venta, del producir-consumir. Ese juego que mientras lo realizamos y una vez realizado, nos hace sentir libres, liberados, felices. Ese es el juego del que hablo.

No digo que sea fácil ponerlo en práctica en medio de un ambiente de artificialidad y esclavitud. No digo que sea fácil ponerlo en práctica en medio de un ambiente que golpea nuestras cabezas y corazones, en medio de un ambiente de locura, en un ambiente que, tal vez, constantemente, creemos que nos va a hacer enloquecer a nosotros también. No digo que sea fácil. Pero es que el hecho de que no lo sea no invalida su puesta en práctica. Todo lo contrario. La realización del juego anárquico es toda una aventura, que aunque en medio de todo este ambiente de muerte pueda parecer muy difícil de llevar a cabo, es toda un experiencia capaz de agrietar y hacer caer los esquemas de esclavitud que ya mencioné.

Debemos tenerlo claro. Nosotros somos bichos raros, bichos, animales, animales que quieren huir y destruir su estado de domesticación. Nosotros queremos arruinar este sistema que todo lo mercantiliza y cosifica. Nosotros no aguantamos ser esclavos. Nuestras ganas de libertad pueden, sí, pueden con todo eso que nos intenta convencer día a día que siendo esclavos somos libres y felices. Nosotros, en medio de todo esta realidad de cemento y dinero, debemos extender el caos. El juego. El placer. Debemos, tenemos que jugar. Usar la imaginación que también día a día nos intentan atrofiar. Usar aquello que esté a nuestro alcance.

Animales deseosos de huir de la domesticación, con sus sonrisas convetidas en cuchillos campando a sus anchas por la ciudad, por el asfalto, por las calles, corriendo, jugando, contaminado ese ambiente contaminado, contaminándolo con la semilla del caos, con la semilla de las irrefrenables ganas de vivir.

Animales salvajes que mediante el juego recuperan sus vidas. Rompen sus cadenas. Y destruyen una realidad asfixiante que ha condenado todo a su lógica mercantil y de muerte.

Animales salvajes que recuperan sus vidas. Que juegan. Y nunca paran de jugar. De destruir el sistema.

Animales salvajes que recuperan sus vidas. Que propagan el caos y la anarquía. El juego.


Seamos animales salvajes. Animales salvajes que recuperan sus vidas.
Que juegan. Y que nunca paran de jugar. Y de vivir. Y de destruir el sistema.

sábado, 2 de agosto de 2008

Uno se da cuenta de que intentar buscar a alguien que le arregle la vida es lo más cobarde y despreciable que hay. Uno se da cuenta de que a su alrededor solo hay cobardía y desperdicio. De vez en cuando, uno cree ver diminutos focos de vida real.
Pero todo eso da igual. Uno se pasa el tiempo mirando a su alrededor y creyendo ver focos. Y al final, uno se olvida de sí mismo.
No tiene sentido que los ojos se oxiden por las lágrimas debido a la visión de ese panorama de miserabilidad y artificialidad, no tiene sentido tampoco sonreír cuando uno cree ver focos diminutos que parecen escapar de todo ese panorama. No tiene sentido, si mientras, uno se va dejando consumir.
Y uno se pregunta por qué demonios se tiende a esperar que venga un dios que te acoja en su regazo, y te apriete contra su corazón caliente y te susurre palabras de esperanza mientras te cura todas las heridas. Uno se pregunta por qué demonios el miedo se apodera de la vida y la hace añicos entre sus manos de fuego.

Y uno se ve a sí mismo, contemplando el rostro de los demás. Contemplando lo que tiene a su alrededor. Su habitación. Con todos los libros y la silla y la cama y el armario y ese papelucho en el cual escribió palabras surgidas de un deseo irrefrenable. O contemplando la calle. Y los coches y las motos y los autobuses pasar; y la gente, y las tiendas.
Y uno se olvida de sí mismo.
Se olvida de que antes que todo eso está él mismo, de que antes que todo eso está su situación y su vida y lo que él está haciendo con ella.

Pero uno también se da cuenta de que es inevitable el que vuelva, con un golpe seco, fuerte y duro, ese sentimiento y esa reflexión que le conduce hacia sí mismo y hacia su situación y su vida. Parece inevitable.
Uno se repiensa y ve que gran parte de su tiempo lo pasó buscando respuestas y recetas mágicas en libros y películas. Se repiensa y se observa, y es incapaz de hallar alguna huella de vida, de puesta en práctica de las ganas de vivir; contempla su piel blanca, amorenada por el sol, sin rasguño alguno.


Qué pena.

miércoles, 30 de julio de 2008

Tal vez fuera mejor no escupirle a la cara. Tal vez fuera mejor no dejar plasmado en sus ojos, y en sus labios, y en su nariz, y en sus mejillas..., todas esas flemas que están deseando salir de entre tu lengua.
Pero ya no hay vuelta atrás.
Y lo vas a hacer.

Pensar en un "tal vez" ya perdió su sentido. Dudar de tus impulsos ha quedado obsoleto. Renegar tu instinto ya es impensable.

Tu problema siempre fue el reprimirte. El dejarte esclavizar. Y el soportar el látigo que azotaba con fuerza a tu corazón.
Y así, poco a poco, te convertiste en alguien débil y miedoso. Avergonzado de sí mismo. De sus pensamientos, de sus sentimientos, de sus acciones...
Y así, poco a poco, agachaste la cabeza hasta llegar a hundirla en el asfalto.

Joder. Y qué más dá ya todo eso.
Recordar no sirve de nada. No merece la pena.
Retroceder al pasado es absurdo.
El botón de rebobinar ya no existe.
Todo eso ya no importa.
Aquí y ahora. Aquí. Ahora.
Esta es tu vida. Este eres tú.
Aquí. Y. Ahora.
Nunca fuiste otro. Nunca de otra manera.
El pasado ha dejado de existir. Y mañana se ha ahogado en el mar de la incertidumbre obsesiva.
Tú eres este.
Aquí.
Ahora.

Y por supuesto que lo haces. No lo has dudado ni un sólo momento.
Era imparable.
Y esa mucosidad salivosa se resbala por todo el rostro de tu maldito enemigo.
El miedo.




Aquí y ahora.

jueves, 3 de julio de 2008

"¿Lees esto porque crees que eres un inconformista? Sé sincero: te crees un rebelde, un antisistema que odia este mundo. Mañana llegarás a tu trabajo, tu instituto o el sitio donde sea que estas atado, y pensarás con superioridad que tu jefe, tu compañero de mesa, o tus padres no son más que esclavos que viven ahogados en el asqueroso barro de la banalidad.

(...)

No existes para vivir. Sólo existes para cumplir esa función, esa responsabilidad que nadie te ha asignado y que, sin embargo, tienes ya encima de tus hombros. No, no quieras esa responsabilidad. Piensa. No evolucionas por llevar ropa. No dejas de oler mal por conducir un coche caro. No dejas de ser una mierda por tener un cuerpo perfecto. Acepta que eres el residuo más tóxico de la ambición del hombre y piensa. Piensa. Piensa. Cómo destruir para crear. Cómo infectar al mundo con la marginalidad que él mismo crea. No reivindiques tu sitio en esta sociedad y destrúyela, a ella y a ti mismo.

(...)

Piensa. Escoge. Lucha. Quema. Explota. Odia. Sangra. Siente. Destruye. Vive."


(Aviso de Tyler Durden)

miércoles, 25 de junio de 2008

Soy terrorista. Sí, en efecto, me autodeclaro terrorista en potencia.
No lo duden. Dentro de mí se hallan ideas, ganas y una rabia muy peligrosa, incendiaria y explosiva, y no, no lo duden, voy a expulsar todo eso que tengo dentro, lo voy a expandir difundir, a impulsar y extender.

Tal vez ustedes ya veían en mí a un terrorista. A un enemigo de la democracia, del sistema, de lo actual, de esta realidad, de los valores y normas morales actuales... Seguramente, y hoy yo se lo quiero confirmar para que ya no les quede duda alguna. Soy un puto terrorista.

Quiero hacer estallar todo. Quiero que el terror corra y recorra las calles de esta ciudad maldita, de todas las ciudades de hormigón y muerte. Quiero que el terror se pasee furioso por las aceras de este Sistema justo, legal, inmejorable y democrático.
Soy un terrorista. Un terrorista deseoso de que la onda expansiva alcance hasta el último punto de este rascacielo genocida y psicópata.

Quiero escuchar los rugidos y gemidos de una masa alocada, desesperada y salvaje, intentando escapar del Juicio Final.
Quiero romper con el Orden actual. Romper con la vida cotidiana del rebaño, destrozar su curso natural.

Soy un peligroso terrorista. Sí. Porque quiero resucitar la vida. Porque quiero acabar con todo aquello que provoca y promueve la muerte y la esclavitud. Porque quiero derruir las ciudades, el circo, el teatro en el cual nos consumimos y nos ahogamos.


Soy un terrorista.
Sí.
Quiero ver a Caos recorriendo las calles, las tiendas, los edificios, las escuelas, las carreteras...
Quiero ver a Caos ocupándolo todo.

viernes, 2 de mayo de 2008

Mi vida se consume... Se consume...

Y yo mientras me ahogo,
y yo, mientras, sigo escuchando el tic-tac infernal que me recuerda que todavía no he logrado resucitar.
Y todavía no he prendido la mecha.
Excusas.
Excusas.
Todavía no he logrado encontrar la manera de encender este mechero tan extraño.


Mi vida se consume.
Y sigo escuchando el sonido de las teclas del ordenador que son golpeadas por las yemas de mis dedos. Sigo viéndome aquí sentado, frente a la pantalla. Sigo mirando a mi alrededor y veo lo mismo que vi ayer. Y lo mismo que veré mañana.

Tic-tac
tic-tac
tic-tac
tic-tac
...

miércoles, 23 de abril de 2008

-Simplemente, esto no es vida. No acepto.

-Es lo que hay, y tú no vas a solucionar nada.

-Muy bien. Piensa lo que quieras.

-Todo eso que dices no me va a dar de comer.

-Si sólo te importa comer, el trullo es un buen sitio: techo, cama, agua, comida, haces ejercicio, tienes compañía y seguro que me dejo algo.

-¡Qué coño dices!

-Que vivir no es sólo comer, dormir y cagar, y menos en estas condiciones.

domingo, 30 de marzo de 2008

Ya no hay vuelta atrás.
Ya no valen las palabras.

Las ideologías murieron.

Y ahora, ya no hay más que hablar.
No valen las lamentaciones. Ni las lágrimas. Ni las penas.
Todo lo contrario.


Esta Sistema está soltando sus últimos estertores.
La Civilización está agonizando.
Se acerca la hora.
El momento más feliz de nuestras vidas.
La Realidad, inevitablemente, se está tambaleando.
A todo esto le falta un empujoncito. Y aunque no se lo diéramos, caería.
Pero se lo queremos dar. Por supuesto que sí. Porque odiamos la Civilización. Porque odiamos este genocida Sistema. Porque queremos terminar cuanto antes con esto. Porque queremos acabar con la dominación lo más pronto posible. Porque amamos la anarquía, el caos. Porque amamos la vida.
Porque queremos vivir.

Queremos destruir, al completo, la Civilización y el Sistema, que tanto tiempo llevan destruyendo la Naturaleza, que tanto tiempo nos llevan destruyendo a nosotrxs mismxs.
Queremos golpear donde duele, hasta matar del todo al Sistema.
Queremos ver su cadaver. Y sonreír. Y abrazarnos. Y ver, por fin, ante nosotrxs la liberación de la Naturaleza y la liberación humana.


Cuando el Sistema muera, cuando lo matemos: bailaremos alrededor de su cuerpo inerte. El fuego iluminará la escena. Desnudos, nos cojeremos de las manos, del brazo, y haremos un corro a su alrededor, y empezaremos a cantar y a chillar, a bailar y a gritar.
El día más feliz de nuestras vidas.
Haremos el amor a su alrededor. Nos masturbaremos. Eyacularemos sobre nuestros cuerpos vivos, y sobre el cadaver de la Civilización.

Y luego, terminada la gran fiesta, incineraremos el cadaver, lo haremos arder. Desaparecerá. Y soplaremos con fuerza, todxs juntxs, al montón de cenizas, para que vuelen, para que se pierdan en la inmensidad.

Y abandonaremos las ciudades. Abandonaremos esos aparatos y esas construcciones de muerte.
Y desde algún lugar perdido del mundo, donde el aire esté limpio, donde La Naturaleza no haya sido destruida y/o contaminada por el viejo y ya muerto Sistema. Desde alguna montaña, desde el punto más alto, todxs cogidos de la mano, como cuando danzamos junto al cadaver de La Civilización, miraremos al fondo, al infinito, y tal vez logremos ver un recoldo de alguna perdida y abandonada ciudad, tal vez veamos a lo lejos, algún edificio que será el paradigma del pasado más horroroso que el ser humano y La Tierra sufrió durante miles de años. Tal vez alguna ciudad a lo lejos. Tal vez alguna fábrica en pie. Tal vez algunas viviendas medio derruidas. Tal vez algunos huesos humanos.
El recoldo del pasado más horroroso que el ser humano y La Tierra sufrió durante miles de años.
El rocoldo de la Civilización.
Y un pequeña sonrisa se dibujará en nuestros rostros. Y una lágrima de alegría rodará por nuestras mejillas. Lo contemplaremos con una mirada que ahora mismo no sé describir, pero con una mirada jamás vista, la mirada más maravillosa e enigmática que alguien pueda pensar.
Y... Y, sonrientes, nos daremos la vuelta, le daremos la espalda a eso.

Y nos hundiremos en la profundidad de algún frondoso y reluciente bosque.

Felices.
Por fin.

Salvajes y libres.

domingo, 9 de marzo de 2008

El movimiento de las nubes

Dormir es ingerir pastillas,
reír se hace de puntillas.
Para hablar hay que levantar la mano
¡ay! quién fuera gusano.

El agua me sabe raro,
llueve a cántaros, hace daño;
contacto hago desde el PC
y follar solo en el WC.

A casa no se va andando,
tengo que esperar a que me digan cuándo.
Si me gusta el chico de al lado
será por desviado.

No ha llegado la hora de orinar
y mato el tiempo que me matará.

Morir en mi cuarto
y ver las nubes pasar.

domingo, 10 de febrero de 2008

"Nosotros no estamos por una mayor libertad, una mayor libertad se da al esclavo cuando se le alarga la cadena, nosotros estamos por la abolición de la cadena, consecuentemente estamos por la libertad, no por una mayor libertad. Y la libertad quiere decir ausencia de cadenas, quiere decir ausencia de límites con todo lo que de esta afirmación se desprende."


(La Tensión anarquista - Alfredo María Bonanno )

martes, 5 de febrero de 2008

Escupo.


Veo mi alrededor y...
escupo.
Escupo con el mayor asco posible. Un escupitajo envuelto en mocos.

Escupo.

Odio toda esta mierda que me rodea.
Odio los coches,
las carreteras,
el asfalto,
las farolas,
los autobuses,
los grandes edificios,
las alcantarillas,
las estatuas,
odio las tiendas,
los colegios,
la gente con bolsas de la compra,
las obras,
los semáforos,
las cabinas telefónicas,
las vallas publicitarias,
las señalizaciones de tráfico,
los árboles rodeados de camiones y automóviles y humo y cemento.
odio los contenedores,
los puentes,
los hospitales,
las fábricas,
las oficinas,
los museos,
las comisarías,
odio los pequeños edificios también.
Odio las ciudades,
y los campos destrozados.

Escupo.

Mi vista no alcanza a ver más que mierda. No veo más que la destrucción del planeta en estado puro. Nuestra destrucción en el grado máximo.

Escupo.
Escupo.
Escupo.
Y me pregunto:

¿Dónde está el aire limpio?
¿Dónde están las montañas rocosas? ¿Y los prados verdes?
¿Dónde están las llanuras infinitas?
¿Dónde los árboles?

¿Y los arbustos?
¿Y las flores?
¿Y los animales correteando, o peleándose, o jugando, o durmiendo, saltando o caminando?
¿Dónde los arroyos que manen agua impoluta?

¿A caso queda algo que no esté contaminado, destrozado, arruinado, plastificado, deformado, comerciado, apropiado, extinguido..?
¿A caso le queda a la Civilización algo más que destruir?


Camino. Y miro. Y observo.
Y lo único que veo es mierda. Basura.
Y escupo.
Y la rabia me corroe.
Y siento cada vez más ganas de derruir este mundo civilizado.

Escupo,
y me pregunto:

¿Dónde está la libertad?
¿Y la armonía?
¿Y el caos?

Escupo,
y me pregunto con ansia:

¡¿Dónde está la naturaleza?!
¡¿Y la vida?!

lunes, 4 de febrero de 2008

Podría haberse levantado a por papel. Podría haberse levantado recién masturbado, con los calzones salpicados de semen y el culo lleno de mierda. Entró al baño con una mano agitando sin conocimiento de que el papel se había agotado. Sentóse en el pulcro retrete y aprovechó para defecar. Su cuerpo pasó del placer a la angustia en menos de lo que se dice obsesivo-compulsivo. Imaginó que debía de haber repuesto en el armario empotrado del pasillo. Podría haberse levantado a por papel. Pero prefirió no hacerlo. Volvió a su habitación. Y siguió lleno de mierda.


Mierda que al secarse es más difícil de limpiar.

Retrato

En cualquier lugar de la casa:

-Eh! Cuidado con eso que lo rompes.

-¡No toques eso que es mío!

Madre en la cocina, fumando; hijo pequeño en el salón:

-Espera un momento, Concha (dice la madre a su vecina por teléfono). ¡Niño! Apaga el televisor.

-Mamá, por favor, déjame ver los dibujos.

-Hay que ver cómo son los niños de hoy en día (dice la madre a la vecina). Ponte a estudiar.

-¡Que mañana no tengo examen!

En la calle:

-Porfa, mamá, cómprame esto, anda… me portaré bien.

-Nunca cumples tus promesas.

-Te prometo que esta vez sí.

-Bueno, está bien. ¿Cuánto cuesta el susodicho videojuego?.

En otra tienda:

-Mira que perrito más mono, mami.

-¿Cuál?

-El que está tras el cristal de la derecha, con cara de triste.

-Pobrecillo.

-Venga, mami, cómpramelo.

-Un perro da mucho trabajo.

-Yo me ocuparé de él.

Un tiempo después:

-Ocúpate del puto perro. Te recuerdo que el perro fue idea tuya. Igual que lo de apadrinar al jodido niño.

-¡Joder, estoy hasta la polla del perro! ¡En buena hora lo compramos!

-Como se vuelva a mear ahí. Le corto el rabo.

-Tranquilo, creo que conozco a alguien que quiere un perro. Pero no sé si será demasiado viejo.

Padre y madre:

-Bebe mucho últimamente. La última vez vomitó en su propia cama.

-¡Déjale!, son cosas de críos. Yo a su edad me las cogía peores.

Después de cenar:

-Tienes que estudiar más, hijo.

-Necesito una motivación.

-En casa no queremos vagos, ¿eh?

-Puedo ponerme a trabajar.

-Si apruebas todas te compraremos la moto.

-Gracias, papá. Me subo a estudiar.

Más tarde:

-La culpa es mía.

-¡Oh, vamos! Esto le puede pasar a cualquiera.

-La multa me importa una mierda, pero... ¿volverá a andar?

-No lo sé.

-Voy a avisar al pequeño.

-¿Qué quieres, mamá? Date prisa. Estoy a punto de pasarme la pantalla.

-¿Cómo estás?

-Muy bien, mamá. Venga, hasta luego.

-Adiós.

sábado, 2 de febrero de 2008

La vida en sí NO es una mierda. No. Por supuesto que no.


La vida es una puta mierda cuando es "vivida" dentro de los esquemas que se nos establece en este Sistema, en esta Civilización. Por que, realmente, deja de ser vida. Estamos muertos. Una muerte feliz y aceptada.
La vida nos la roban desde el momento en que nacemos. Desde el momento en que nos convierten en una pieza más de todo este engranje autoritario y asesino. La vida se convierte en basura plastificada, desde que agachamos la cabeza y aceptamos ser unos malditos siervos.

La vida se convierte en muerte desde el momento en que colaboramos para que el Sistema avance y se perpetúe.
La vida es una mierda desde el momento en que aceptamos los roles que se nos imponen.
La vida pasa a ser algo insufrible y vomitivo justo en el momento en el que no atacamos y destruimos lo que nos consume y descompone. Justo en el momento en el que nos conformamos con la realidad existente, e incluso la apoyamos.



Pero la vida en sí no es algo asqueroso.
Lo que pasa es que la vida nos la robaron el día que nacimos dentro del esquema de esta Civilización.

Nuestra es la tarea y el deber de recuperar nuestra vida. De arrebatársela al Sistema.
Nuestra es la tarea y el deber de resucitar.


Por que la vida puede ser algo bello, precioso.
De nosotros depende.

jueves, 31 de enero de 2008

Me gustaría saber qué se sentiría al respirar oxígeno de un aire limpio.

... Tal vez respirar, respirar hondo, podría ser una de las cosas más bellas que hacer...













Pero, hoy por hoy, el hacerlo provoca, más bien, ganas de vomitar...


miércoles, 30 de enero de 2008

Prepárate para la muerte de tus padres. Prepárate para la muerte de tus hermanos. Prepárate también para la de tus mascotas. Prepárate para tu muerte.


En realidad, tiene sentido que no desees vivir. El dolor que se siente cuando se pierde algo a lo que se tiene apego, algo que disfrutas y quieres, tiene que ser demencial. Por eso, no te molestes en querer vivir. No trates de saborear cada instante. Además de ser una pérdida de tiempo y una memez derivada de alguna burda abstracción filosófica de fanáticos religiosos, hace daño. Hará daño.

No te tomes en serio, esas ideas que asaltan tu cabeza no son más que fruto del cansancio del día a día. Estupideces en las que navega tu mente cuando no está en un estado óptimo. Cuando no está trabajando correctamente.

Por eso, ven conmigo, vamos a emborracharnos este fin de semana. Para olvidar. Si no bebes, ni fumas, ni follas, ¿para qué vives, gilipollas?

¿Para qué vives, imbécil? Si no sabes de la vida una mierda. No has trabajado, no estás pagando un préstamo, no sufres con tu equipo en la misa del domingo, no lloras cuando ves a tu hijo cantando con voz de maricón, no aguantas a la parienta. Tú no tienes ni puta idea de lo que es vivir. No sabes lo que es empotrar tu coche con un camión a las 7.35 a.m en la autovía de siempre mientras vas hacia el trabajo, y tener la tranquilidad de que el seguro se ocupará de todo. Todo mientras vas de camino hacia una vida más digna. Contribuyendo a la sociedad. Aceptando el tiempo que te ha tocado vivir con una postura estoica, merecedora de honor, de respeto, de comentarios en la cena de navidad. Tú no sabes nada de lo que es eso. ¿Para qué vives, entonces, gilipollas?

La existencia plena es siempre subjetiva.

martes, 29 de enero de 2008

El Proyecto Estragos destruirá la civilización para que podamos hacer de la Tierra un mundo mejor.

-Imagínate -dijo Tyler Durden- cazando alces junto a los escaparates de unos grandes almacenes en cuyos pasillos malolientes se pudren en las perchas vestidos y fracs. Llevarás vestiduras de cuero que te durarán toda la vida y escalarás la Sears Tower por enredaderas tan gruesas como tu muñeca. Escalarás la bóveda de un bosque uliginoso donde la atmósfera estará tan limpia que verás figuras diminutas majando maíz y poniendo a secar tiras de carne de venado bajo el sol de agosto en el área de descanso de una autopista abandonada.

Aquél era el objetivo del Proyecto Estragos, dijo Tyler: la destrucción completa e inmediata de la civilización.



(Extracto de "El Club de la Lucha", Chuck Palahniuk)

domingo, 27 de enero de 2008

No tengas miedo a hacerlo.
Vamos.

Echa la vista a atrás y mira. Obverva. Recuerda. Contempla...
...
llora.

Sí. Esa es tu vida. Mírala bien. No la apartes de ti como siempre. Afronta las cosas de un puta vez, por que si no es hoy será mañana, da igual; al final lo tendrás que hacer. Al final tendrás que hacerle frente a tu vida. Y qué mejor que ahora.

Abre bien los ojos. Y date cuenta de que sí, de que sí que es verdad. Eso que estás viendo es la pura y jodida realidad. Tu vida. Todos tus años de "vida".
Ahí la tienes.
Sí. No es ninguna pesadilla, ni ningún mal sueño. No es que la cena te haya sentado mal. Ni es producto del mal colchón que tienes. No. No es nada de eso.
Simplemente esa ha sido tu vida. Tu puñetera vida de mierda. Vacía, falsa, acartonada, rutinaria, acomodada... Has sido el producto de tu familia de mierda, de tu colegio de mierda, de tus amigos de mierda, de tu novia/o de mierda,... de todo tu entorno de mierda. Has sido el producto de unos falsos sueños, prefabricados y enlatados, que adquiriste en época de rebajas. Tus esperanzas, tus retos y tus metas, tus aspiraciones, tus fantasías, tus deseos... todo eso te ha ido matando y consumiendo díiaaa tras díiaaa. Te ha ido conviertiendo en un mero ser acomplejado y miedoso. En un tonto feliz. Bueno, si es que a eso se le puede llamar felicidad...

A llegado el día decisivo, pero el día que tú nunca querías que llegase. Aunque sabías que un día pasaría esto.

Supongo que duele. Que duele ver tu pasado, y descubrir que solo has sido un mierda, un esclavo, un producto... Algo inservible, inútil... un puto arrastrado.
Siempre cumpliendo órdenes, siempre haciendo cosas que tú creías firmente que te gustaban y que las necesitabas, pero que en realidad odiabas. Siempre ocultando lo que de verdad sentías. Dedicando tu vida a consumir y producir. Consumir. Producir. Producir. Consumir...
Consumiendo tu vida.
Tus deseos y esperanzas han estado siempre basados en lo que te mostraban en el escaparate. Y tú te creías feliz, y cómodo. Creías que esa era la mejor vida que uno podía tener. Y tu te creías que eso era la felicidad. Consumir. Producir. El tiempo libre que te quedaba lo dedicabas a consumir, a comprar, a adquirir, a gastar... llámalo como te dé la gana. Y luego, usabas esos productos, usas todo eso que comprabas, todo eso que necesitabas que fuese tuyo, lo utilizabas, por supuesto que sí, y te sentías una de las personas más felices del mundo. Y sonreías. Y luego... y luego volvías al trabajo. Oh! sí... tu trabajo.
Producir. Consumir.
Consumir. Producir.
Y... sonreir.


Joder. Ahí la tienes. Tu existencia. Tu vida.
Consumida.
Mírala. Contémplala. Obsérvala. Recuérdala.
Llora.


Mírate.
Ese es tu rostro.
Contempla tu vida frente al espejo.
Esa ha sido tu vida.
Y no. No me preguntes que qué puedes hacer ahora. Ese no es asunto mio. Puede que todavías estés a tiempo de resucitar... o puede que no. Yo que sé.


Ahí está. Tu puta vida de mierda. Tus putos recuerdos, y tus putas vivencias falsas y estúpidas.
Este momento tenía que llegar. Y lo sabes. Y al final te tendrías que enfrentar a ello.


Ahí la tienes. Tu vida vacía y plastificada.
¿Y ahora qué?
No sé...

Llora.

A modo de presentación

Aquí estamos.
Y antes de seguir, te queremos avisar de que no deberías estar aquí. Venga, vete. Lárgate. Corre. Siéntate en el sofá y ponte a ver la televisión. O ve al carrefur a comprar los últimos productos salidos al mercado. O ve al cine a ver la última película de Jólibud. Visita a ese familiar en estado terminal. Ríete de algún subnormal. Pídele a Dios que te toque la lotería. Haz lo que te dé la gana, pero huye. Porque si te quedas aquí, si sigues leyendo, si contemplas esto... estás perdido. No somos parte de tu droga diaria. No nos creemos tus mentiras. Hacemos cosas malas. Has debido llegar aquí por accidente y puede que eso no les guste mucho a tus papás. Puede que te lleves una buena riña. No colgamos contenido pornográfico convencional. No queremos que esto te anime.

Aquí estamos.
Si aún quieres continuar, te queremos avisar: no esperes nada bueno de nosotros. No esperes de nosotros cariño, y amabilidad, y buenrollito, y caridad, y... Porque si esperas eso te has confundido de sitio.

Aquí estamos.
Preparados para lanzar todos los dardos envenenados que podamos. Listos para disparar sin piedad alguna al Sistema y a todos sus sirvientes, y a todos sus esclavos, y a todos los que lo aceptan y veneran. Ya ves, tenemos mucho tiempo libre.

Aquí estamos.
Sin miedo alguno. En pie de guerra para cuestionar la vigencia del primer axioma de la realidad. Para animarte a ver el hoyo y tirarte de cabeza.

Aquí estamos.
Listos para bailar. Reír. Gruñir. Escupir. Masturbarnos. Mear. Apalear. Sangrar. Degollar. Gritar. Gemir.

Aquí estamos.
Llevando el caos de aquí para allá. Sembrando su semilla.
Progando a Caos, por que Caos nunca murió.

Aquí estamos.
La mierda que quedó sin barrer, omnipresente. La mucosidad que tragaste cuando el pañuelo se te quedó inservible.

Aquí estamos.
Aquellos de los cuales tus padres te intentarían alejar. Aquellos de los cuales tus padres te hablarían fatal.
Nosotros somos lo que nadie quiero oír. Ni ver.

Aquí estamos.
Ninfómanas, adictos al pegamento, mamporreros, violadores de mascotas en serie, éste puede ser vuestro lugar.

Aquí estamos.
Somos más un retrete en el que vomitar que un arma de concienciación. Somos más un sumidero en una gran ciudad que un grito para hacerte reaccionar. Somos más un desahogo de la frustración que un empeño en que dejes de ver el televisor. Somos más gente aburrida que románticos del siglo XIX.
Anda, vete a sacar al perro.

Aquí estamos.
Intentando que nuestra existencia, sea más que una muerte en vida; más que algo mecanizado y plastificado, listo para servir.


Aquí estamos.
Y ya te lo hemos avisado. Esto no es bueno. Ni digno de ser admirado. Esto puede que incluso te haga sentir náuseas.
Pero tranquilo, tu vida puede seguir siendo una farsa. Tienes la venda debajo de la mesa.